sábado, 14 de junio de 2014

Sueños

Cuando empezó a escucharse un bolero de esos viejitos que no sé cómo se llaman, estaba en el baño,  escondiéndome de la pena que tenía al llegar a una casa desconocida. Mientras me armaba de fuerzas para salir, abrí la puerta un poco y noté  que el lugar se había tornado de un ambiente nuevo y nostálgico. La casa parecía haberse puesto más azul, y evocaba una suavidad y calidez que no logré comprender. Cada una de las canciones que sonaban traía consigo la magia de un pasado que no conocería jamás, y al tiempo que calmaban mis nervios me llenaban de nuevas sensaciones que no podía controlar.

Recuerdo que mientras sonaba en toda la casa ese bolero que tanto le gusta a Pedro, la luz amarillenta estaba en toda la sala. El calor de la noche no abrumaba, sino que abrazaba y daba tal confort, que por un instante me imaginé en otra época, viviendo otra vida que no era la mía y sintiendo cosas que tal vez alguien,  cualquier otra persona,  pudo sentir. Cerré los ojos y me vi bailando la canción que sonaba, trastabillaba y mis manos temblaban. Me vi  bailando con él, aunque no supiéramos cómo, y en mis sueños nos quedábamos así, muchas y varias veces, y en ese mismo momento,hice de sus manos un recuerdo que no se iría jamás.

Al abrir los ojos estaba ella ahí, nos miraba sonriente como si evocara a la vez un pensamiento similar al que yo había estado teniendo. La envidié en silencio, porque sabía que eso que estaba imaginando era lo que ella sin duda había vivido una que otra tarde con Pedro; ese amor que se tenían, que se veía en los ojos de cada uno, en la manera en que se trataban y se acompañaban, me contagiaba, me hacía desearlo, me embargaba tanto que casi sentía que era yo la que estaba allí.  Me emocioné hasta lo más profundo al escucharlos y verlos juntos. El cuadro tradicional me tocaba cada fibra de mi alma, mientras miraba a mi alrededor que ahí era donde realmente estaba.


Lo ultimo que pensé mientras todos hablábamos en la mesa  y la comida había dado el toque final al cuadro de calidez y de boleros, fue que me encontraba por primera vez ‘pérdida entre sueños’. Desde entonces se volvió parte de mis dichos, no porque “te busco” sea una canción que haya sonado aquel día ni porque crea que deba buscar algo en realidad, sino porque ahora tengo y persigo sueños nuevos.